Dice el maestro Sadhguru que “la participación convierte cada acto en crecimiento”. Y tiene toda la razón si la entendemos como una contribución a la transformación, una manera de impactar en la realidad, y de aportar al cambio social desde nuestro entorno y nuestra propia revolución individual.
Y para que la participación ciudadana sea sólida y contribuya a garantizar la paz social y los derechos fundamentales, tiene que descansar sobre valores humanos como la tolerancia, la responsabilidad y la equidad. Tolerancia para respetar las ideas de los demás y entender que vivimos en un mundo plural donde no siempre prevalecen nuestras preferencias; responsabilidad para tomar conciencia de nuestras decisiones y sus consecuencias; y equidad, para defender la igualdad de oportunidades de todas las personas, teniendo en cuenta sus circunstancias y necesidades.
Equidad en la participación ciudadana: política, social y comunitaria
Hace unos días, Luis de Cristóbal, director de Repueblo, compartió 7 motivos para fomentar la participación ciudadana y los beneficios que implica para una sociedad libre, pacífica y garante de los derechos humanos. Desde la dinamización de barrios y ciudades hasta el fomento de las alianzas, pasando por el fortalecimiento de la democracia o la limitación de la corrupción, entre otros.
Veamos, a continuación, qué maneras de participación ciudadana existen y cómo no perder de vista la equidad a la hora de ponerlas en marcha.
1. Política
La participación política se refiere a las acciones que realiza la ciudadanía para influir en las decisiones políticas o en la elección de quienes gobiernan. Lo primero que se nos viene a la cabeza es el derecho al voto o la afiliación a un partido. Pero también existen otras maneras de involucrarse como las iniciativas populares o los referéndums.
¿Cómo hacer todo esto sin perder de vista la equidad? Evidentemente, promoviendo la participación en esta esfera política a todas las personas en igualdad de condiciones, teniendo en cuenta, por ejemplo, circunstancias como la discapacidad. En este sentido, se debe procurar una mayor accesibilidad de la información y los procesos, así como un mejor apoyo y una adaptación razonable con los ajustes que permitan a las personas con discapacidad disfrutar de sus derechos humanos en igualdad.
2. Social
Denominada también como “sociedad civil”, la participación social implica que las personas se agrupen en organizaciones de forma colectiva para la defensa y representación de sus intereses así como la mejora en las condiciones de vida, por tanto, es uno de los componentes más relevantes de la construcción de la democracia.
Para garantizar la equidad en este ámbito participativo, es imprescindible fomentar la creación de organizaciones que representen la pluralidad de personas y sensibilidades que existen en el mundo. Organizaciones como las feministas, aquellas que defienden los derechos LGTBI, o las culturales.
3. Comunitaria
La participación comunitaria nace del deseo de mejorar las condiciones de vida en la comunidad y pone en marcha acciones y proyectos que solucionen necesidades concretas de su vida cotidiana para que la mejora pueda ser sostenible en el tiempo.
En esta interrelación, los grupos sociales de interés (jóvenes, mujeres, mayores, etc.) acuerdan trabajar por intereses comunes y se garantiza que las soluciones se ajusten a su entorno porque surgen del consenso de sus integrantes.
La participación ciudadana en la infancia y adolescencia
Uno de los mejores ejemplos de una participación ciudadana con equidad es la inclusión de la infancia y adolescencia en la misma. De hecho, la participación infantil es uno de los cuatro principios fundamentales que se establecieron en la Convención sobre los Derechos del Niño (UNICEF). Esta plantea que todos los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a ocupar un papel activo en su entorno.
En este sentido, la participación infantil supone colaborar, aportar y cooperar para el progreso común, así como generar en los niños, niñas y jóvenes confianza en sí mismos y un principio de iniciativa, teniendo en cuenta su edad y madurez cuando las personas adultas vayan a tomar una decisión que les afecte.
Consecuencias positivas de la participación de los niños y niñas
La participación ciudadana en la infancia y adolescencia es una parte fundamental dentro del desarrollo humano de los niños y niñas, y UNICEF señala como consecuencias positivas el fomento de:
- Mayor autonomía
- Iniciativa personal
- Creatividad
- Responsabilidad y espíritu de superación
- Colaboración
- Solidaridad
- Trabajo en equipo y la pertenencia a un grupo.
- Aprendizaje de valores democráticos.
Participación ciudadana en el mundo digital: ¿un riesgo para la equidad?
Las nuevas tecnologías y, sobre todo, la llegada de Internet a nuestras vidas, ha supuesto una auténtica revolución en la manera de interactuar con nuestro entorno. Y también ha abierto las puertas a infinidad de maneras de participar a nivel social, político y comunitario.
Pero, ¿ha sido así para todas las personas por igual?
Por desgracia, no. La equidad en el ámbito digital está muy lejos de alcanzarse. Según datos de la ONU, se estima que un tercio de las personas en el mundo no tienen acceso a Internet. Y no pensemos que sólo ocurre en países no desarrollados. Basta con darse un paseo por algunas zonas rurales de España para darse cuenta de esta realidad. Multitud de municipios aislados digitalmente que dificultan la participación ciudadana y el desarrollo económico de sus habitantes.
Una brecha digital que también produce una brecha en la participación ciudadana. Sin duda, uno de los retos más importantes a los que nos enfrentamos en los próximos años.
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