Emprendimiento rural femenino: el papel fundamental de la mujer

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Históricamente las mujeres siempre hemos tenido un papel fundamental en el sostenimiento de las comunidades rurales. Aunque la sociedad nos empujaba a mantenernos en un segundo plano, hemos tenido que hacernos cargo de liderarlas en muchas ocasiones, cuando los hombres marchaban a la mar, a la trashumancia, a la guerra…

Siempre nos hemos mantenido ahí como el pegamento de la comunidad, permitiendo, con nuestro trabajo, en gran mayoría de los casos muy poco valorado, que los pueblos se mantuvieran vivos, que prosperaran y que pudieran desarrollarse.

Nos hemos hecho cargo tradicionalmente de apoyar a los hombres en las explotaciones agrícolas y ganaderas familiares, la mayoría de las veces sin figurar como titulares de las mismas, igual en otros servicios y negocios familiares como sastrerías, harineras, molinos, tiendas…


Una de cada cinco mujeres de entornos rurales desarrolla un proyecto emprendedor


Sin embargo, este panorama está cambiando y mucho. Según el informe “Emprendedoras Rurales en España. Análisis con datos GEM 2021-2022”, el papel de las mujeres emprendedoras rurales es clave para la revitalización de las zonas más despobladas del país, gracias a su capacidad para generar empleo y crear riqueza en muchas familias.

emprendimiento rural femenino: Estudio Emprendedoras Rurales en España. Análisis con datos GEM 2021-2022
Emprendimiento rural femenino: Estudio Emprendedoras Rurales en España. Análisis con datos GEM 2021-2022

Asimismo, refleja que ese compromiso es duradero, ya que normalmente se resiste a abandonar el medio rural. Alrededor de un 54% de los negocios que se emprenden en el medio rural están dirigidos por mujeres. El 20% de las mujeres de entornos rurales con edades comprendidas entre 18 y 64 años se encuentran inmersas en alguna de las fases del proceso emprendedor.

Esto supone que para una de cada cinco mujeres el emprendimiento es una buena forma de desarrollar un proyecto profesional para enraizarse en su territorio, un porcentaje muy similar a las mujeres que emprenden en entornos urbanos. Entre las mujeres rurales que emprenden, el 8,1 % cuenta con un proyecto de emprendimiento consolidado, casi tres puntos porcentuales por encima de la cifra recogida en entornos urbanos.

Entre sus principales motivaciones, el 79 % de las mujeres rurales destaca la necesidad de autoemplearse. El 36 %, de continuar la tradición familiar; el 39 %, de conciliar; y el 30 %, de marcar una diferencia en el entorno. La mayoría de las emprendedoras rurales gestionan negocios que constituyen el sustento principal de sus familias (el 91% son negocios familiares de entre 1 y 5 personas) y el empleo que generan es principalmente femenino también.


Agitadoras rurales: emprendimiento rural femenino


Esto está haciendo que el rol de la mujer esté cambiando y su papel como impulsoras de las economías locales y en la repoblación rural se está volviendo fundamental. A esto hay que unir que la mayoría de estos negocios se crean con otros modelos de éxito. Las mujeres integramos nuestra vena “cuidadora” en muchos ámbitos y promovemos negocios que no sólo buscan generar un impacto económico sobre ellas mismas y generan riqueza y trabajo en sus territorios, sino que también se plantean y buscan generar un impacto positivo en su territorio, tanto a nivel ambiental como social.

Es por esto que nosotras como “agitadoras rurales” tenemos un papel fundamental en el desarrollo sostenible de nuestros entornos y comunidades. Mujeres que innovan y están haciendo el relevo generacional de pequeñas empresas familiares, como Amaia de Baku, que junto con su padre ha impulsado la carpintería artesana familiar, haciendo lámparas de ecodiseño a partir de barricas de roble recicladas, en la pequeña localidad de Zábal, perteneciente al Valle de Yerri, en Tierra Estella, Navarra.

Lámparas de Ecodiseño
Lámparas de ecodiseño de barrikupel.com
Amaia Prieto y su padre, cofundadores de barrikupel.com
Amaia Prieto y su padre, cofundadores de barrikupel.com


Nada es fácil para las mujeres y tampoco en el medio rural


Las principales dificultades que enfrentan las mujeres a la hora de poner en marcha sus negocios son la soledad en el emprendimiento, la falta de referentes femeninos, falta de formación y orientación para la puesta en marcha del negocio y de ayudas en su inicio. A todo esto, se une que las actitudes machistas son aún más persistentes en los pueblos y hay falta de confianza de la comunidad rural en los proyectos emprendedores promovidos por mujeres. Las mujeres también enfrentan una mayor brecha digital y mayores problemas para la conciliación por la escasez de servicios de cuidados, educativos, médicos, de acceso a internet, etc., lo que también afecta al acceso a la formación y el desarrollo profesional.


La solución pasa por poner en valor la capacidad de las mujeres para desarrollar habilidades como la inteligencia emocional y el trabajo en red, que facilitan la regeneración de las comunidades, crear espacios de escucha para las mujeres y mejorar los servicios que faciliten la conciliación. Necesitamos generar espacios de reflexión para abordar el relevo generacional y continuar los oficios desde una nueva perspectiva, explorando nuevos nichos de mercado y oportunidades propias del territorio. Hace falta que la formación y los servicios de asesoramiento en emprendimiento lleguen a los pueblos y que sea una formación adaptada a las oportunidades y al contexto de los mismos, no diseñada desde lo urbano.


Emprendimiento rural femenino: buscando vidas más sostenibles y plenas


Cada vez más mujeres profesionales, procedentes de la ciudad, se plantean un cambio en sus vidas hacía una vida menos acelerada, más conectada con la naturaleza y con las cosas que les hacen felices, y están migrando de la ciudad a los pueblos para desarrollar proyectos emprendedores que son también proyectos de vida, que funcionan con éxito, en todo tipo de sectores y que están contribuyendo a dar vida a sus municipios, como el caso de Laura y Conchi de la quesería y ganadería sostenible La Caperuza, en el pueblo de Bustarviejo en la Sierra Norte de Madrid. O como Verónica del espacio de creación cultural de Valdelarte, en el pueblo de Valdearco, en la Sierra de Aracena, en Huelva. Ellas hicieron el camino a una vida con más sentido, de la ciudad al campo, unas desde Madrid y otra desde Sevilla.

Queso de Cabra de la quesería La Caperuza, un gran ememplo de emprendimiento rural femenino
Queso de Cabra de la quesería La Caperuza, un gran ejemplo de emprendimiento rural femenino

De Madrid y Sevilla a la sierra.

Nosotras mismas hemos hecho ese camino, desde Madrid también, hacia municipios más pequeños y vivibles, como La Cabrera y Griñón. Un día decidimos, que queríamos trabajar más cerca de la naturaleza, y aplicar lo que sabemos hacer bien, que es acompañar a las personas que deciden emprender un negocio a hacerlos viables y que queríamos poner nuestro granito de arena en la lucha por la igualdad de las mujeres y en la lucha contra la despoblación rural, y así nació nuestra escuela de negocios sostenibles, en femenino y rural Como una Cabra, para apoyar a las mujeres, que como nosotras están como una cabra y han decidido tomar las riendas de su vida y trabajar en un pueblo, haciendo lo que les gusta y generando un impacto positivo en su territorio.

Ya somos una comunidad de más de 200 “cabras en red” y esperamos seguir acompañando proyectos femeninos que den vida a nuestros pueblos, impulsando el papel de la mujer como dinamizadoras rurales para contribuir a reducir esa dicotomía rural-urbana y que ambos espacios sean más humanos.

2 Comentarios

  1. Asociacion cultural de mujeres Santa Ana

    Buenos días,

    Soy Carmenchu Martín de la Vega, Presidenta de la Asociación de Mujeres Santa Ana, de Cañamero (Cáceres).
    Me pongo en contacto con vosotras porque, desde la asociación, organizaremos este mes de octubre unas jornadas que pondrán el foco sobre mujeres rurales y distintas actividades que desarrollan. Nos gustaría contar con vosotras para alguna actividad durante las jornadas, ya sea un taller o una charla.

    De momento, estamos empezando a organizarlo todo y el programa no está cerrado, así que estamos abiertas a sugerencias y propuestas. Para daros una idea de lo que puede ser, en la edición anterior contamos con mujeres científicas del pueblo, además de un pequeño concierto que nos dio una compositora y cantante de la provincia con su grupo.

    No sabemos cuál es vuestra forma habitual de proceder, si viene una representante o cómo lo hacéis, pero queremos establecer contacto para llegar a un posible acuerdo.

    Quedo a la espera de vuestra respuesta,

    Responder

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