Si te acercas a un extranjero y le preguntas sobre España, probablemente te dirá cosas buenas, a menudo generalidades que ya todo el mundo sabe o da por supuesto… “Un país precioso”, “un ambiente agradable”, “una gastronomía sorprendente”… Nadie te habla de pueblos, y menos de pueblos mágicos de España.
Usualmente, tienen en mente las típicas zonas turísticas, como Barcelona y su Sagrada Familia, Granada y su Alhambra, o Madrid y su paseo Del Prado. Lugares que se han convertido en el símbolo de España y que, sin duda alguna, merecen ser visitados de manera imprescindible.
No pretende este, ser un artículo donde se rechace las grandes urbes y se mitifiquen las pequeñas zonas menos populares, que después pueden resultar ser lo más valioso del país. No obstante, sí que es cierto que España es más que lo que te sale en el catálogo de cualquier buscador de viajes.
¿Pueblos mágicos de España?
Actualmente, más de 15.000 pueblos componen nuestro país, de los cuales me atrevo a decir que no conocemos ni una tercera parte. Pueblos recónditos, pueblos más o menos conocidos, pueblos alegres, pueblos grisáceos, pueblos tranquilos, pueblos mágicos, pero sobretodo, pueblos deshabitados a punto de desaparecer.
Es el apego que tiene mi abuela a su casa del pueblo en Mayalde, o los recuerdos de las noches alborotadas de mi padre en Juzbado, que me hacen ver la necesidad de conservarlos, de protegerlos, y de darlos a conocer. Por estos tres motivos mencionados (entre muchos otros), me ha parecido oportuno enseñaros que cuando hablamos de “pueblo”, hablamos más que de cuatro casas, treinta habitantes y dos campos de cosecha.
Nuestros 10 pueblos mágicos de España
1. Cadaqués, una joya catalana (Girona)
Cadaqués es de los pueblos mágicos que se llevó toda mi atención desde el primer momento. Se trata de un pueblo pesquero ubicado en Girona, Cataluña. Repleto de casas blancas que iluminan su costa, este pueblo fue el refugio de elección de muchos artistas como Miró, Picasso y, principalmente Dalí.
Situado entre dos montañas, es un pueblo cuya esencia se mantiene intacta debido a que se encuentra aislado de todo, muchos dirían que va a su aire, pero justo en eso está la magia. Los atardeceres en el puerto, las calas hacia el mediterráneo, “el pueblo más bonito del mundo”, según Dalí, ¿no es suficiente la mirada del pintor para que tengas ganas de visitarlo?
2. Vejer de la Frontera, un pueblo mágico internacional (Cádiz)
No podía faltar el pueblo blanco más bonito de Andalucía y uno de los mejores conservados históricamente. Vejer tiene ese detalle especial que una vez dentro, te olvidas de dónde has venido y te sumerges en un nuevo mundo rodeado por una gran muralla medieval, donde hay huellas árabes por todas partes.
El Arco de las Monjas, el Castillo de Vejer o la Plaza de España y su fuente de azulejos, son algunas de las reliquias que este sitio nos ofrece y que lo transforman en un lugar único. No resulta coincidencia que incluso la marca líder de fast fashion a nivel internacional, Zara, haya querido plasmar en sus camisetas una foto del pueblo en una de sus calles más conocidas: la calle Trafalgar… Espero que no sea esta la razón por la que conoces los pueblos mágicos, ¡anímate y sal a conocer uno de los mejores pueblos mediterráneos que tiene España!
3. Candelario, un tesoro salmantino (Salamanca)
Candelario es el sitio perfecto para los amantes del frío y la sierra. Situado entre montañas de más de 2000 metros de altura, este pueblo mantiene una arquitectura singular donde todo está construido en piedra a la antigua usanza, y las casas se muestran adaptadas al clima húmedo todas con tejadillo de teja. También son conocidas sus rutas de senderismo por las que entendemos que la naturaleza es lo que compone este pueblo.
Por último, no nos podemos olvidar de mencionar la gastronomía candelariense, basada mayoritariamente en embutidos y carnes frías. Debido al frío en invierno, estos platos reconfortaban a los campesinos y les permitían una mayor resistencia, por esta razón, la matanza de los animales es una gran parte de su cultura.
Una vez dicho esto…tú, amante de la naturaleza, ¿has visitado ya este pueblo mágico?
4. Cudillero, la Villa Pixueta (Asturias)
Sea por la variedad de colores, sea por sus numerosos miradores, no puedes irte de Asturias sin haber pasado por Cudillero.
Conocida entre los asturianos por “La Villa Pixueta”, su nombre proviene de la palabra “pixín”, que significa rape, de los pescados más comunes del mar cantábrico. Cudillero se podría confundir perfectamente como uno de esos pueblos coloridos situados en la costa italiana. Pero no, estamos hablando de Asturias.
Repleto de casitas marineras, te invitamos a sentarte en la Plaza de la Marina y a comer unas zamburiñas y un cachopo gigante, alimentos típicos de la zona.
Seguidamente, para bajar la comida, nada mejor que una ruta por todos sus miradores. Aunque te de flojera, te aseguramos que no será en vano, pues las vistas panorámicas que te ofrece este rincón no serás capaz de encontrarlas ni en Italia.
5. Hondarribia, la silueta de un pueblo de oro (Guipuzkoa)
“La silueta de un pueblo de oro, con campanario agudo, al fondo de un golfo azul, en una extensión inmensa”. Así describió Víctor Hugo este pueblo vasco situado entre Francia y España. La grandiosidad de este pueblo va mucho más allá de su puerto pesquero o sus tabernas marineras, sino que su posición geográfica le ha convertido en una zona estratégica a lo largo de la historia española, una defensa importante para el pueblo castellano.
Como os podéis imaginar, debido a esto, el pueblo está repleto de vestigios históricos como el Castillo de Carlos V o la Puerta de Santa María, antigua entrada al pueblo. Se trata de un sitio muy activo que ofrece diversas actividades, desde un paseo en barco hacia las playas de Hendaya hasta una ruta de pintxos y pescados típicos del País Vasco.
Además de Víctor Hugo, artistas como Stendhal y Pío Baroja han expresado su preferencia por este pueblo mágico… ¿Lo has visitado ya?
6. Frigiliana, el embrujo de Málaga
Frigiliana se ubica en una montaña a 300 metros sobre el mar Mediterráneo y a 6 kilómetros de la costa: imagínate los miradores. Se trata de un pueblo blanco repleto de calles encaladas que siguen la línea de la arquitectura andalusí, y casi siempre respaladado por un buen clima.
Es un pueblo hecho para perderse dentro, recorrer sus callejuelas y apreciar su elegante sencillez, repleta por un gran abanico de flores. Además, en este pueblo reside la única fábrica de miel de caña del país, por lo que la miel junto a los higos y las perlas blancas de Andalucía, son alimentos típicos de la región.
Uno de los eventos remarcables de esta población es el llamado “Festival de las Tres Culturas”, fiesta donde se reúnen todos los habitantes y durante cuatro días s realizan actividades lúdico-culturales para celebrar la unión de paz entre las distintas culturas. Investiga más en este enlace.
Así que, si te gusta la fiesta, y la tranquilidad a su vez, Frigiliana se convierte en destino obligatorio.
7. Trujillo, la ciudad de los nobles (Cáceres)
Cuando los conquistadores Francisco de Pizarro y Francisco de Orellana surcaron los mares camino de las Américas, no imaginaron que la plata y recursos que mandaron de allen de los mares sirvieran para construir palacios y edificios que, siglos después se convertirían en el fetiche de la industria del cine (y otras muchas).
Y es que este municipio cacereño es la sede de rodajes tan ilustres y afamados como El Señor de los Anillos o La Casa del Dragón. También es el pueblo elegido por el inversor Leonardo Di Caprio para abrir una de las mayores fábricas de diamantes artificiales del mundo y el lugar donde todos los aficionados a la ornitología quieren visitar.
Trujillo no sólo es un pueblo renacentista imponente. Es, posiblemente, uno de los pocos lugares en el mundo con tres patrimonios mundiales a hora y media de distancia: Cáceres, Guadalupe y Monfragüe.
8. Potes, la peregrinación cántabra
Muy posiblemente no sepas que este municipio cántabro es sede de uno de los cinco lugares santos del cristianismo: Santo Toribio de Liébana. Su monasterio presume de conservar como reliquia un fragmento intacto de la Santa Cruz. Y, como lugar santo, celebra su año jubilar cuando su día (16 de abril) coincide en domingo.
Más allá de Santo Toribio, Potes es de aquellos pueblos mágicos que te imaginabas en los cuentos de Navidad. Ese pueblo acogedor, lleno de encanto medieval y de una magia, que solo los Picos de Europa pueden ofrecer.
Conocido como la villa de los puentes y las torres, una vez que llegas al pueblo puedes contemplar los diversos puentes de piedra que hay para cruzar el río. Este río recorre todo el pueblo e incluso te invita a meter los pies en él cuando el tiempo lo permite.
Seguir el camino del río te permitirá conocer todo el pueblo mágico y sus callejuelas. Aquí entenderás que la clave de Potes es la esencia que mantiene por mantenerse una zona antigua, misteriosa y casi irreal en un mundo donde las franquicias, poco a poco, asumen el mando.
9. Sigüenza, nobleza de sal (Guadalajara)
Cuando la sal era el oro, el bien más preciado, las salinas de Sigüenza hicieron que una poderosa clase media naciera y prosperara en esta villa medieval, que celebra en 2024 el IX Centenario de su reconquista y que es orgullosa candidata española para ser reconocida Patrimonio Mundial por la UNESCO.
Fruto de esos años dorados del comercio salino, Sigüenza cuenta con una imponente catedral (mucho más importante de hecho que la propia Guadalajara), casas palaciegas y, por supuesto, un imponente castillo que hoy es una de las grandes referencias de Paradores Nacionales.
Como dato curioso, esta villa, que no alcanza los 5.000, habitantes tiene casi 30 pedanías y 2 restaurantes laureados con Estrella Michelin. Toda una hazaña para uno de los municipios más visitados de Castilla – La Mancha, posiblemente tan sólo por detrás de Toledo.
10. Elizondo, el pueblo mágico de la “Trilogía del Baztán” (Navarra)
Por último pero no menos importante, tenemos a Elizondo. Gracias a la trilogía de novelas del Baztán, escritas por Dolores Redondo, este pueblo se ha ganado un lugar en nuestra lista de pueblos mágicos. Así, se ha convertido también en un imprescindible de Navarra.
Se trata de un sitio compuesto por bosques y ríos, pero también con una vida inigualable. La calle de Jaime Urrutia, la calle de Braulio Iriarte, los famosos Txantxigorris (pasteles hechos de chicharrón) o la Plaza de los Fueros, son algunos de los básicos de este pueblo.
Sin olvidar el símbolo principal: su presa y el puente Txokoto (lo que más te saldrá en Google), es importante recordar pasar por aquí.
Una vez completado nuestro top 10, es necesario clarificar la inmensidad de pueblos que nos han quedado por mencionar. Son estas pequeñas regiones las que, junto a las grandes capitales, hacen de nuestro país uno de los más diversos a nivel internacional. No obstante, el evidente desequilibrio entre ambas demuestra la necesaria visibilización de estas zonas. Por ello (y con mucho gusto), te escribimos sobre la existencia de estos pequeños y mágicos pueblos, con la esperanza de que, un día, los puedas visitar todos.
¡Ah! Y, si puedes, déjame tus pueblos mágicos de España en los comentarios. 👇👇👇
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