Mucho se habla de la Agenda 2030 y de la necesidad de una vuelta a ciertos orígenes de los principios, de la naturaleza de las cosas, de lo auténtico y del fenómeno necesario de la reutilización y reconstrucción a partir de la “segunda vida” de los objetos… Y, desde luego, la moda sostenible.
Este mes pasado, noviembre de 2022, he sido testigo del primer gran logro de una cadena como Zara, donde sonaba como algo imposible (poco antes lo hizo H&M), darle la vuelta al uso de prendas y tejidos para crear nuevas colecciones y horizontes de esperanza.
La moda dentro de un futuro sostenible: upcycling
Con un futuro por delante lleno de enigmas, preocupados por la necesidad de eliminar rastros de basura, objetos inútiles o la huella de carbono, el asunto de la moda no es precisamente baladí, sino relevante. En la ecuación de los números de los residuos mundiales, la ropa, y máxime con el consumo acelerado del llamado prontomoda o fast fashion, a precios demasiado irreales en un mundo sostenible, es crucial para ser capaces de conservar el futuro en armonía de todo un planeta.
La proliferación de cadenas de lowcost, a costa muchas veces del sufrimiento de otras zonas del Globo, y el hábito de consumo rápido y banal de prendas y prendas… ha llevado a unos niveles de creación de residuos a la industria textil que no es soportable. Miles de prendas, millones, son parte de un circuito de deseo rápido, de compra compulsiva. Esto, acaba en cientos de ocasiones en el cubo de la basura sin estrenar o, si hay suerte, en el circuito de segunda mano, incluso en la moda más sostenible y solidaria como las tiendas Humana de toda España.
Menos mal que el “vintage” como concepto se ha impuesto en la moda y, ahora es «Fashion y cude«, ir a tiendas de “second hand” a por ropa de todas las marcas y condiciones. Algo que en el resto de Europa se hacia ya hace muchos años, pero que en España ha tardado mucho en entrar por la forma de pensar de los españoles y sus hábitos de consumo. Por esto, y además de acuerdo con el consumo de proximidad y la Moda Española, Josefa Fernandez, diseñadora y creativa que se crió en un pueblo de Cantabria (Garabandal), es una REVOLUCIÓN verdadera y profunda, por su concepción práctica y brutal del concepto «UPCYCLING» incluso con la costura.
En el resto de Europa, el concepto «vintage» ya estaba inculcado. No obstante, en España ha tardado mucho en entrar por la forma de pensar de los españoles y sus hábitos de consumo.
El «upcycling», la salvación de la industria textil
La cohabitación con la filosofía de la Agenda 2030 , vital para este planeta, es tan perfecta como su alianza con la cultura popular: una vuelta a los orígenes que practica en toda su vida y empresa por convencimiento puro. La segunda vida de tejidos y prendas, todos en denim de algodón 100% reciclado, se desmontan y rehacen en otros patrones, en otras vidas. Así, vuelven a ser un “must have” de las tendencias y pisan fuerte en las mejores alfombras rojas de cine, teatro, festivales, premios de moda… Incluso en los armarios de ejecutivas con aires contemporáneos y mujeres en general.
Su objetivo ha llegado tan lejos que también realiza costura para hombres con personalidad y carácter, o muebles que resultan objetos de culto además de uso confortable diario. Josefa Fernandez, realiza además todas sus colecciones en talleres locales. Así, imprime a la firma esa filosofía de cercanía y proveedores nacionales reales, libres de cualquier maltrato laboral o de las habituales guerras de costes que esclavizan los circuitos de producción internacionales de nuestras grandes marcas.
Desfile realizado en Madrid con el denim obtenido exclusivamente de vaqueros Levi’s.
Y es por eso, que personas como ella merece este artículo como ejemplo de emprendedoras y empresarias que no se han conformado con lo habitual. Personas que tienen conciencia y que practican esa responsabilidad colectiva desde su propia iniciativa empresarial, sin tapujos. Con este tipo de acciones conseguiremos, si las entidades además nos apoyan con su estructura, fondos de subvención a pymes y micropymes o descuentos fiscales especiales a los que cumplen objetivos sociales de esta magnitud.
Todo con el objetivo de que la vida siga siendo la que esperamos, ahora, y dentro de muchos años.
Muchas gracias.
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