Desde hace bastante tiempo se viene demandando en nuestro país la necesidad de impulsar medidas que favorezcan el teletrabajo, dado que se entiende como una herramienta que podría ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas que elijan esa modalidad, facilitando la conciliación laboral y familiar. Sin embargo, legisladores y responsables públicos no habían sido conscientes de la necesidad de abordar una regulación urgente del mismo hasta que la pandemia cambió nuestra vida.
El confinamiento ha hecho que determinadas instituciones y organizaciones empresariales se planteen el modo de organizar sus empresas justo cuando arraigaba en el debate político la preocupación por el despoblamiento, el mundo rural y la España vaciada.
Como responsable política que procede de ese mundo rural, propio de la Andalucía de interior, siempre me ha preocupado esta cuestión. Y aunque la situación de Andalucía no es comparable con la de otras Comunidades Autónomas u otros territorios de España (ya que los responsables políticos de mi tierra han trabajado para que nuestros pueblos tengan servicios públicos de calidad, infraestructuras y políticas de desarrollo rural que fijen la población al territorio), cierto es, que hay que tener en cuenta el envejecimiento de la población rural y de algunas comarcas de provincias como Granada, Almería o Córdoba.
La situación derivada de la tan dolorosa y trágica pandemia debe a la misma vez servir para poder transformar todas las debilidades y amenazas en fortalezas y oportunidades, y en este sentido, debemos potenciarlas, fomentarlas e impulsarlas para que sean motores de desarrollo. El teletrabajo es una de estas oportunidades que debemos potenciar, fomentar e impulsar desde los pueblos.
Baena: el enclave del oro líquido
Mi pueblo es Baena, perteneciente a la Mancomunidad de Municipios del río Guadajoz y Campiña Este de Córdoba, pueblo milenario situado en un cruce de caminos en el Centro de Andalucía. De su privilegiada situación geográfica y sus tierras fértiles, dan muestra los numerosos pueblos que se han asentado en el mismo y los numerosos testimonios que nos han ido dejando a lo largo de la historia. Sus cerca de 300 yacimientos arqueológicos datados en el plan general, constituyen un legado muestra de su esplendor y su riqueza cultural y patrimonial.
En Baena la naturaleza, la agricultura y la cultura conviven en una simbiosis que se materializa en nuestro mayor tesoro, el oro liquido, extraído de la aceituna, el fruto sagrado del olivo, en torno al cual gira y depende nuestra economía. La denominación de origen Aceite de Baena, de larga trayectoria apostando por la calidad, ha puesto el nombre de Baena y de su aceite en el mundo.
Con servicios públicos de calidad
Baena continúa construyendo una sociedad que combina tradiciones con modernidad, contando con unos servicios públicos inmejorables: centro de salud y hospital comarcal a menos de veinte minutos, helipuerto para emergencias sanitarias, magníficas instalaciones deportivas, referentes de la provincia, con piscinas al aire libre y climatizada. Y como no, servicios tan importantes e imprescindibles en la actualidad como la fibra óptica, el gas Natural, etc.
La riqueza arqueológica de Baena no deja indiferente a nadie, basta con acercarse al parque arqueológico de Torreparedones -declarado Bien del interés cultural por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía- para ver una ciudad Ibero-Romana prácticamente intacta, tal y como fue concebida hace más de 3500 años; un yacimiento vivo y en permanente cambio, en el que sigue excavándose y descubriendo los tesoros que sus tierras albergan en el interior: exvotos, toracatas, togados…
La gran historia de Baena no se habría podido escribir sin su forma de celebrar y vivir la Semana Santa. Un pueblo y una sociedad, que trabaja todo el año, para hacer de esos siete días, su identidad propia y singular: El “judio” y el “tambor”. Y todo ello, siempre acompañado de aceite D.O. Baena y vino de la D.O. Montilla-Moriles. La cultura del aceite y una rica gastronomía mediterránea impregnan cada rincón de Baena.
Para quien le guste o tenga interés por la espeleología en Baena encontrara la Cueva del Yeso, una de las más largas de España y la única cavidad de origen hídrico existente en El Valle del Guadalquivir. Tampoco podemos olvidarnos de Albendín, “el capricho del Guadajoz”, pedanía de Baena que cuenta con unos servicios públicos e infraestructuras de primer nivel y un tesoro que permite navegar en un auténtico mar entre olivares como es “el embalse de Vadomojon” .
El lugar ideal para teletrabajar y vivir se llama Baena
Con estas premisas no es difícil entender mi pretensión de hacer extensiva mi invitación a todos los lectores a que conozcan mi tierra, pero no como meros turistas o viajeros, sino para que piensen en ella como un lugar ideal para teletrabajar, emprender y vivir. Qué mejor lugar para trabajar y vivir que un pueblo inmerso en un mar de olivos a las puertas del Parque natural y Geoparque de la Subbetica. Un lugar que ofrece todo lo que una persona pueda necesitar para una vida diaria de calidad: servicios, naturaleza, patrimonio, gastronomía y paz.
No hay cabida al temor de un aislamiento forzado. Nos encontramos en una situación geográfica privilegiada a una hora de Córdoba y Jaén. A hora y media de Granada y Málaga, a dos horas de Sevilla y a tres horas de Madrid en Ave. De manera que en estos días extraños se hace más imprescindible y necesario encontrar un oasis en medio de conflictos sanitarios, económicos, sociales… Baena es ese oasis de aceite virgen extra, de cultura, de servicios, de anonimato y de cercanía al mismo tiempo.
¡Comprobadlo!
0 comentarios