El último año, un virus ha revolucionado nuestro mundo. Un virus que, uniendo todas sus micropartículas en el planeta, cabría en una lata de 33cl. No hay mejor analogía de cómo algo pequeño puede tener impacto. De cómo los pequeños lugares, pueden hacer grandes cosas. ¿Pueden nuestros territorios liderar proyectos ilusionantes? ¿Son los Fondos NextGen la llave para lograrlo?

Fondos NextGen: antecedentes con los que tener precaución

Poco a poco, el monopolio informativo del Covid-19, de las cuarentenas y de las vacunas han dado paso al tema de moda en España: los Fondos NextGen. No para de venir a mi mente la imagen de Villar del Río, aquel pueblo castellano que retrató con excelencia Berlanga en Bienvenido Mr. Marshall. Esa gran comitiva americana que iba a solucionar los problemas del pueblo presentes y futuros, con la lluvia de billetes del Tío Sam.

En España llevamos unos cuantos lustros siendo beneficiarios de un sinfín de fondos desde Bruselas. Algunos han sido muy bien utilizados. Otros, no han cumplido su cometido: la convergencia con Europa (o de Europa con Europa). España no ha sido capaz de mirarse realmente al espejo, aceptarse y decidirse a transformarse. España no ha cambiado sus problemas estructurales, endémicos y eternos.

España no ha sabido aprovechar los Fondos Estructurales al 100%

¿Y por qué? No se me ocurre una única respuesta. Quizás porque sabíamos que venían más fondos y así estábamos bien. Quizás porque el turnismo político es en sí mismo una incongruencia con lo estructural. Quizás porque no hemos sabido definir en términos jurídicos y políticos qué es la España plural. Una Administración central, casi 20 autonómicas y una infinidad de corporaciones con competencias duplicadas que atentan directamente contra la eficiencia y la productividad.

En mi humilde opinión, no hemos sabido ver Europa como lo que de verdad es. Vemos a Europa como nuestro papá proveedor, como si fuéramos estudiantes de Universidad de familia acomodada. Queremos estudiar, tener nuestro coche, tomarnos unas copas y viajar. Yo creo que Europa es una fraternidad, cuyo lema debería pedir prestado a Los Tres Mosqueteros: «uno para todos, y todos para uno».

Si unimos los aprendizajes que nos deja ese virus que cabe en una lata de refresco, con la de los ingenuos habitantes de Villar del Río y la fraternidad de Los Tres Mosqueteros, lograremos que la utopía se convierta en alcanzable. Lograremos que los Fondos NextGen sean la llave a una profunda y verdadera transformación de nuestra querida España Rural.

¿Y cómo podemos hacer eso posible? Pues siendo valientes. Valientes en el sentido de reconocer la problemática y la idiosincrasia nacional. Valientes en ser capaces de mirar al futuro con perspectiva y entender cómo está cambiando el mundo. Valientes en comprender qué necesitamos los ciudadanos para vivir mejor, en paz, armonía y con progreso. Y nosotros creemos en 5 grandes ejes.

Los 5 destinos de los Fondos NextGen que transformarán la España Rural

Antes de enumerar, quería contarte que el pasado 10 de febrero, tuvimos el enorme placer de organizar un Webinar al respecto. Con tres ponentes de lujo: Paco Boya, Secretario General del Reto Demográfico; Tomás García-Azcárate, Vicepresidente del CSIC y con 29 años de experiencia en Fondos Europeos en la Comisión Europea y con Ignacio Molina, Secretario del Comisionado del Reto Demográfico. Te dejamos el enlace por si quieres verlo.

1. Proyectos de innovación social transformadores del territorio

¿Qué mejor economía circular que detectar los problemas de empresas, ciudadanos y administraciones y convertirlos en proyectos rentables económica y socialmente? La innovación social es hoy el gran acelerador de las sociedades. Los territorios que las implementan, ven reducidas sus tasas de delincuencia, abandono escolar, violencia machista y enormes mejoras en la calidad de vida.

Por supuesto, sólo existirá innovación social eficiente en tanto y cuando no todo esté liderado por la Administración. Los ciudadanos, startups y organizaciones sociales somos más rápidas en detectar problemas y darles soluciones. La Administración es mucho más eficiente para garantizar el bienestar ciudadano. Unámonos con un propósito común desde y para las personas.

2. Formación y asesoramiento (experto y real) a empresas existentes

Una de los grandes aprendizajes que hemos tenido como equipo en Repueblo, es ver empresas que son auténticos diamantes en bruto, con modelos validados y rentables, infravalorarse. Empresas que se sienten pequeñas e incapaces de acudir a ciertos mercados o posicionarse como líderes, porque no saben cómo. A veces no saben dónde encontrar asesoramiento y otras muchas el asesoramiento no es el adecuado.

Soy muy impopular en algunos círculos cuando digo que los mentores de startups y facilitadores de espacios (coworking, coliving, etc) no deberían ser funcionarios. Para mí es muy sencillo: un maestro ha aprendido a base de errores, de la propia experiencia y del conocimiento de campo. Por ello, creo que invertir en figuras capaces de hacer que las cosas sucedan es fundamental para el éxito de los proyectos de un territorio. Y es, por cierto, una inversión extraordinariamente rentable.

3. Incubadora de proyectos tecnológicos para dar solución al medio rural

El desarrollo del medio rural es un reto global. Quizás un pueblo de la sierra de Málaga, uno de Chiapas y otro de Macedonia no tengan a priori, mucho que ver. O sí. El éxito de las principales startups del mundo ha sido encontrar modelos escalables en base a problemas comunes. No voy a entrar a reflexionar ahora en el impacto externo de empresas como Uber, Glovo o Airbnb, pero lo que sí quiero remarcar es que desde San Francisco o desde Barcelona se puede dar con la tecla para solucionar un problema cotidiano.

¿Por qué no puede encontrar ese problema común una startup en Baena o en Trujillo y convertirse en un caso de éxito global?

4. Atracción de nómadas digitales y teletrabajadores

En un contexto de incertidumbre mundial existe una gran certeza: el centro de trabajo y el trabajador se han deslocalizado. Peter, de Oslo, puede atender a sus clientes de Singapur o Nueva York desde la Alpujarra. O desde Ribadesella. Y puede estar allí 6, 9 o 12 meses, gastando sus miles de euros al mes obtenidos en otro lugar, disfrutando de la gastronomía, cercanía y saber vivir.

Dediqué un artículo acerca de los beneficios de atraer este tipo de perfiles, que puedes leer aquí

5. Agroindustria Bio y Ecológica

Evitando el pelotazo. ¿Y por qué empiezo por este punto?. Muy fácil, porque la tentación es cambiar la plataforma petrolífera por la macro instalación eólica. Sí, necesitamos energía y si es verde mejor. Sí, es lucha contra el cambio climático. Pero si se plantea un sistema de grandes corporaciones, pocos acumularán riqueza, los territorios perderán la población y entramos en riesgos de pérdida de biodiversidad.

Dicho esto, creo que en pandemia hemos descubierto el valor de la tierra, del consumo local, de cuidar nuestros alimentos. Y creo que es una tendencia imparable la transformación del campo hacia la agricultura bio, con productos cuyo valor añadido se queden en el territorio. Dejemos de vender olivas por toneladas y hagamos cosméticos bio de derivados del olivar. Explotemos de manera sostenible nuestro campo, para crear empleos de alto valor y emprendimientos de todos los sectores alrededor de la madre tierra.

Como siempre, esto es sólo una opinión. El tiempo nos dirá si la comitiva de Mr Marshall pasó esta vez por Villar del Río o si los ciudadanos europeos fuimos Mosqueteros. Yo confío en la coopetencia, en empezar a ayudarnos entre semejantes y distintos y vivir una nueva época dorada. Si dejamos pasar este tren, muchos de nuestros pueblos morirán y su herencia pasará al limbo del olvido. Pero si lo aprovechamos, España y su ruralidad puede hacer el cambio que el mundo espera.